Sala: Teatro Bellas Artes Autor: Ernest Thompson (versión de Emilio Hernández) Directora: Magüi Mira Intérpretes: Lola Herrera, Héctor Alterio, Luz Valdenebro, Camilo Rodríguez y Mariano Estudillo Duración: 1.35'
Información práctica (el enlace inactivo puede significar que la función ya no está en cartel)
Ésta fue mi crítica en la Guía del Ocio:
Muchos recordarán la película de igual título, aunque quizá no todos sepan que el texto se estrenó en un teatro: en Broadway, en 1979. Los intérpretes filmados fueron nada menos que Katherine Hepburn, Henry Fonda y Jane Fonda. Estos últimos, representando lo que se decía que eran sus propios conflictos de padre e hija y haciendo las delicias del respetable, siempre un poco cotilla.
Será que la película quedó más edulcorada o que mi juventud de entonces exigía más caña. Lo cierto es que guardo un recuerdo dulzón y que me fui al Bellas Artes temiendo un melodrama lacrimógeno. Error. Es un dignísimo teatro de sentimientos, muy bien construido. Pone en primer plano un tema, el de la ancianidad, que cada vez será más relevante, vista nuestra pirámide de población. Y un subtema, el de las esposas lastradas por maridos que envejecen más rápido que ellas, que afecta a miles de mujeres invisibles: “Soy vieja, pero no estoy muerta”.
Alterio y Herrera vuelcan la maestría acumulada durante toda una vida: están para llevárselos a casa. Un bombón, sobre todo, el papel de Norbert, que valió un Oscar a Fonda. Luz Valdenebro y Camilo Rodríguez cumplen. Mariano Estudillo confirma todo lo que ya anunciaba en Los iluminados. Cuando este chico cuente dentro de cincuenta años con quién compartió escenario… Un rato delicioso.
Muchos recordarán la película de igual título, aunque quizá no todos sepan que el texto se estrenó en un teatro: en Broadway, en 1979. Los intérpretes filmados fueron nada menos que Katherine Hepburn, Henry Fonda y Jane Fonda. Estos últimos, representando lo que se decía que eran sus propios conflictos de padre e hija y haciendo las delicias del respetable, siempre un poco cotilla.
Será que la película quedó más edulcorada o que mi juventud de entonces exigía más caña. Lo cierto es que guardo un recuerdo dulzón y que me fui al Bellas Artes temiendo un melodrama lacrimógeno. Error. Es un dignísimo teatro de sentimientos, muy bien construido. Pone en primer plano un tema, el de la ancianidad, que cada vez será más relevante, vista nuestra pirámide de población. Y un subtema, el de las esposas lastradas por maridos que envejecen más rápido que ellas, que afecta a miles de mujeres invisibles: “Soy vieja, pero no estoy muerta”.
Alterio y Herrera vuelcan la maestría acumulada durante toda una vida: están para llevárselos a casa. Un bombón, sobre todo, el papel de Norbert, que valió un Oscar a Fonda. Luz Valdenebro y Camilo Rodríguez cumplen. Mariano Estudillo confirma todo lo que ya anunciaba en Los iluminados. Cuando este chico cuente dentro de cincuenta años con quién compartió escenario… Un rato delicioso.
Y lo que no cabía allí:
Hace unos años me preguntaba, creo que a propósito de Seis lecciones de baile en seis semanas, si nadie iba a montar nada a la altura del carisma de Lola Herrera. Bueno, esto de Mira es un notable paso adelante. Pero creo yo que la Herrera da perfectamente para cosas de más peso.
Me parece que Estudillo dará que hablar. Estaba estupendo en Los iluminados y aguanta aquí el tirón de dos monstruos, con perdón, como Herrera y Alterio. Tiene un fisico que le permite pasar por más joven (aún) de lo que es, algo siempre muy útil en funciones que exigen adolescentes (si me oyen los de La Joven Compañía, me cuelgan por los pulgares). Camilo Rodríguez tiene un papel corto, pero está muy bien cuando se le sube la dignidad a la cabeza y planta cara a Norbert. Lleven a sus madres y a sus tías. Lleven también a sus padres y a sus tíos, aunque me parece que la entenderán mejor ellas.
Me parece que Estudillo dará que hablar. Estaba estupendo en Los iluminados y aguanta aquí el tirón de dos monstruos, con perdón, como Herrera y Alterio. Tiene un fisico que le permite pasar por más joven (aún) de lo que es, algo siempre muy útil en funciones que exigen adolescentes (si me oyen los de La Joven Compañía, me cuelgan por los pulgares). Camilo Rodríguez tiene un papel corto, pero está muy bien cuando se le sube la dignidad a la cabeza y planta cara a Norbert. Lleven a sus madres y a sus tías. Lleven también a sus padres y a sus tíos, aunque me parece que la entenderán mejor ellas.
Nota final: parece que las grandes proyecciones envolventes, que sustituyen a la escenografía corpórea, no sólo se generalizan, sino que cada vez se hacen mejor. Hace pocos años eran frecuentemente un desastre. Ésta de Gabriel Carrascal está bien encajada y es bonita.
P.J.L. Domínguez
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