jueves, 26 de septiembre de 2013

REPOSICIONES


  Ya saben que el blog está clavado a un formato de critica de un espectáculo concreto por entrada, que no quiero desparramarme. Sin embargo, y como parece que la temporada viene nutrida de reposiciones, se me ha ocurrido recomendarles algunas cosas por si se las perdieron. Como verán, por motivos diversos.



La vida es sueño: el superbombazo de la Compañía Nacional de Teatro Clásico. ¿No me creen? Miren lo que dice un colega argentino: un acontecimiento escénico de una intensidad arrolladora para la experiencia de todo espectador, esté o no habituado al teatro en verso. Volverá al Pavón en marzo, llámenme paranoico, pero yo me sacaría las entradas ya mismo. La temporada pasada llenaron todas las representaciones.


Por los ojos de Raquel Meller: no es exactamente una reposición, porque la producción ha variado bastante para adecuarla al escenario del Reina Victoria. Pero lo que queda del original justifica verla, sobre todo si es usted devoto de la época. Ya está en cartel.



Kafka enamorado: El Centro Dramático Nacional programa otra vez esta pieza de teatro de cámara que está en el polo opuesto de las dos anteriores. Teatro reducido, modesto, hecho con detalle. Gustó a todo el mundo, que yo sepa. De enero a marzo.



Maridos y mujeres: Si me leyeron, sabrán que no me gustó mucho, pero es uno de esos montajes que hay que ver para estar al día, en un estilo que se lleva mucho. Y tampoco es ningún pestiño, mucha gente salió entusiasmada. 



El manual de la buena esposa: Quizá, la comedia del año. Está plagada de momentos hilarantes, como el de la ducha de las nazis, pero me quedo con los coros y danzas de la apoteosis final. Es una de esas funciones a las que puede llevar a cualquiera: a los primos que vienen de Segovia o a las compañeras de instituto de su hija.



El cavernícola: Lleva camino de ser en Madrid lo que La ratonera es en Londres. Me resisti durante mucho tiempo, convencido de que sería un texto machista y ramplón. Y de eso nada. Vayan en pareja, y se caerán de la butaca de risa. O vayan solos, y se caerán de la butaca de risa. 



Burundanga: Otra opción para función de risas sin más complicaciones. Tampoco hay quien la saque de la cartelera. Ha ido cambiando de elenco desde que la vi, pero supongo que la sigue manteniendo la excelente estructura cómica del texto.



Un pasado en venta: lean mi crítica y corran a comprar entrada. Les queda esta semana.



De noche justo antes de los bosques: Ha saltado de El Sol de York al Teatro del Arte, si les caía lejos ya no tienen excusa. Un duro monólogo de Koltés muy bien dirigido y muy bien interpretado. 

Después de esto, se me van los dedos a escribir una entrada sobre las reposiciones que deberían evitar, pero voy a abstenerme. Empecemos de buen rollo.
P.J.L. Domínguez


Nota del 9 de octubre: ¡Olvidé La realidad de Despeyroux, con la Orazi! Demasiado tarde. Esto me pasa por improvisar.
           





POR LOS OJOS DE RAQUEL MELLER

Sala: Teatro Reina Victoria Autor y drector: Hugo Pérez Intérpretes: Maribel Per / Amanda Puig / Nené Pérez-Muñoz (alternándose), Carmen Rodríguez de la Pica, Chelo Vivares, Rocio Osuna, Belén González, Badía Albayati, Pablo Rossi e Iván oriola. Duración: 2.15' (diez minutos de entreacto)
Información práctica (el enlace inactivo puede significar que la función ya no está en cartel)


Ésta fue mi crítica en la Guía del Ocio:

Como observa el autor en el programa, el contraste entre el éxito universal de Raquel Meller y su desaparición de nuestro imaginario actual resulta estrepitoso. Cuando el mundo comenzaba a inventarse un star-system, allí estaba la muchacha de Tarazona.

  Hugo Pérez es un maestro de la atmósfera y la recreación histórica. Secundado en la Sala Tribueñe por un extraordinario grupo de artistas, salta por segunda vez a espacios más convencionales de la capital. La primera fue con Donde mira el ruiseñor cuando cruje una rama, uno de los más rotundos éxitos de la temporada pasada y, desde luego, el más sorprendente. 

También Por los ojos de Raquel Meller nació en la Tribueñe, en un montaje que ha estado años en escena y que cautivó a la crítica sin excepciones. Algo pierde en el trasvase a sala grande: sobre todo, la magia de los reducidos telones, las transparencias y las proyecciones. Pero lo que queda está muy bien sostenido por los puntos fuertes habituales de la casa: excelentes iluminación (Llorens) y vestuario (Pérez), excelente tratamiento de la música (Studgonov), perfecta coherencia interpretativa de la compañía. Destacan el encuentro con Pastora Imperio, la larga escena de Flor de Te –Sarah Bernhardt incluida- y la exquisita parodia de cine mudo. El alarde de recreación va desde el modo de  impostación de la voz hasta el guiño en los créditos del programa de mano

Y añado ahora (cuatro meses más tarde): devuelvan al Conservatorio de Tarazona el nombre de Raquel Meller con el que se inauguró.
P.J.L. Domínguez
           

martes, 24 de septiembre de 2013

CAPITALISMO. HAZLES REÍR

Sala: Teatro Circo Price Autor: Juan Cavestany  Director: Andrés Lima Intérpretes: Aitana Sánchez-Gijón, Nathalie Poza, Andrés Lima, Luis Bermejo, Óscar del Pozo, Eva Boucheritte, Alba Sarraute, Marta Megías,Silvia Marsó, Irene Escolar, Edu Soto, Rulo Pardo, Nacho Vera, María Mira, Marilén Ribot, Martí Soler Duración: (pendiente de recuperar mi apunte en el papelito de la entrada)
Información práctica (el enlace inactivo puede significar que la función ya no está en cartel)

Todo el elenco haciendo el ganso (o supongo que el avestruz, que tiene más 
aprovechamiento metafórico).


  La propuesta más mediática del arranque de temporada: mucho actor célebre, mucha explicación sobre el proceso creativo (algo de lo que desconfío en cualquier arte, vean cómo terminó la música contemporánea a base de explicarse), mucho alarde multidisciplinar. "El Taller de Investigación Teatral Contemporáneo ha reunido a más de 100 artistas y teóricos en torno a la economía y su impacto en nosotros". Eso dice la página del Price (y no salgo de mi asombro). Tan supuestamente in progress y tan supuestamente creada "en directo" (sigo en la página del Price), que hay pases para asistir varias veces y ver la progresión de la cosa. 

  Toda esta hojarasca periférica se la lleva el viento en cuanto uno ve un espectáculo, claro. Lo que cuenta, lo único que cuenta, es lo que uno ve. ¿Y qué ve uno esta vez? Que los montes parieron un taller de actores, ni más ni menos. Ahora bien: un taller de actores al que, además de la hojarasca, le sobra de todo. Para empezar, actores. Creo que conté diecisiete, y para lo que hay que hacer bastarían diez menos. Para seguir, duración. 


  ¿Multidisciplinar? Simplemente, no. Es teatro-teatro aderezado con breves y simples (casi diría simplonas) coreografías, algunos volatines, número de cuchillos que hará sonrojar a la gente del circo y trapecio prescindible y encajado con calzador. Digerida esa suave sugerencia de heterogeneidad, no queda más que una banal piececita de dos cabezas: una bastante Animalario (las escenas de familia) y la otra bastante Sexpeare (las de Rulo Pardo, claro, que seguro que ha puesto bastante). El director de escena presente en la pista como maestro de ceremonias no aporta nada, y es quizá el elemento más pretencioso. Un poco bochornoso verle dar órdenes que los actores ejecutan antes de verlas u oírlas. Vamos, que las supuestas inspiraciones del directo parecen más bien ensayadas. La función tiene mensaje: el neoliberalismo es una cosa horrorosa. Lo sospechábamos.


  Se salvan los actores. Maravillosa Silvia Marsó en el personaje más de carne y hueso, una Gilda de arrabal chicle incluido; ojalá nos contaran su historia. Me entero después de que esta Silvia Bombón es el personaje que interpretaba cuando hacia revista de jovencita. Si es que tiene mucho de auténtico. Estupendos el médico de Pardo y la chinita insufrible de Escolar. A Soto le basta una escena para confirmar, tras El lindo Don Diego, su gran talento histriónico. Muy en su sitio Poza (que viene de la maravillosa A cielo abiertoy a la que no sé cómo le ha ido en Fuegos, estaba yo en las Indias, ya saben), y muy bien (mucho mejor que en La chunga) Aitana Sánchez-Gijon. Impecables Sarraute y, como siempre, Bermejo. 


Y si les parecen duras la de Vallejo y la mía, miren ésta.

P.J.L. Domínguez