Sala: Teatro María Guerrero Autor y director: Antonio Morcillo Intérpretes: Fernando Sansegundo y Dafnis Balduz Duración: 1.10'
Información práctica (el enlace no operativo puede significar que no está en cartel)
Resumen: prescindible. Ni va ni viene ni por el camino nos entretiene.
Desde luego, no todo el mundo ha opinado lo mismo. Hay quien afirma que la pieza "tensiona las vísceras del espectador", y les dejo también el enlace a opiniones de espectadores muy mayoritariamente positivas.
Aunque la facultad de juzgar si un texto es apto para la escena no es propia de seres humanos, sino de ángeles -como decía Gaudí de la percepción espacial- los críticos nos caracterizamos por opinar de todo hasta debajo del agua y, a la salida, me permití decirle a A. que el texto, que representado no va a ninguna parte, probablemente tiene su gracia leído. Entre el Pinto del realismo y el Valdemoro de lo onírico, con referencias cruzadas bien plantadas por aquí y por allá... Lastrado, desde luego, por las irrupciones tediosamente explícitas de la actualidad sociopolítica (ha habido una comparación posible, e ilustrativa, en la reposición este fin de semana de Los nadadores nocturno, ya les contaré). Busco informacion y, efectivamente, se llevó el premio SGAE 2013. Saben que me fío poco o nada de los premios, pero, en esta ocasión, a lo mejor yo también se lo hubiera dado. Pero escenificado no funciona. No me atrevo a decir que no lo haría con otra puesta en escena, pero tengo serias dudas.
Por cierto: ¿ha señalado alguien el parentesco con Cosmética del enemigo?
Sansegundo es un actor siempre eficaz (y un autor interesante). No me pareció muy bien dirigido, el efecto sería mayor reservando su capacidad de gesticulación para los momentos explosivos (quizá lo mejor de la función es el exabrupto en el que propone que el país se venda a los chinos). Tampoco nada serio que objetar a Balduz, pero están los dos un poco impostados desde el principio, alguien debería haber encarrilado eso.
Sansegundo es un actor siempre eficaz (y un autor interesante). No me pareció muy bien dirigido, el efecto sería mayor reservando su capacidad de gesticulación para los momentos explosivos (quizá lo mejor de la función es el exabrupto en el que propone que el país se venda a los chinos). Tampoco nada serio que objetar a Balduz, pero están los dos un poco impostados desde el principio, alguien debería haber encarrilado eso.
P.J.L. Domínguez
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