Sala: Teatro Pavón Kamikaze (ambigú) Autor y director: José Padilla Intérpretes: Laura Galán, Antonia Paso, José Juan Rodríguez, Cristóbal Suárez, Ana Varela y Juan Vinuesa
(la función ya no está en cartel)
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Vinuesa, Galán y Suárez, atrás. Hervás (en mi función este papel lo hacía Ana Varela), Rodríguez y Paso, delante. |
Sigo con las retrasadas: ésta la vi el 10 de junio.
MAGNÍFICOS GRITOS
MAGNÍFICOS GRITOS
Vuelve Las crónicas de Peter Sanchidrián, como vuelven otros éxitos: Una habitación propia, La ternura, La cantante calva, Iphigenia en Vallecas. Gran noticia. Indica que Madrid genera público informado y mecanismos de exhibición propios de un sector maduro. A ver si consolidamos.
Como dijo el ruso (las familias felices son todas iguales, las infelices lo son cada una a su manera), pero al revés: lo dramático siempre se parece, el humor es multiforme.
Éste de Padilla tiene carácter, estilo propio. Metaboliza a Kierkegaard y a Pedro Salinas; a Spiderman y los gremlims; se apropia de La pata de mono, de Michael Bublé y de Lucho Gatica. Hace reír con ganas, pero no porque nadie resbale con una piel de plátano, sino por los continuos golpes de contraste extremo. Delicioso ver mezclados los parlamentos más sofisticados con las miserias de las relaciones humanas. “Pero… ¡si acaba de materializarse un ser maligno de ficción!”, se queja un personaje ante el triunfo de lo banal incluso frente a lo sobrenatural. Todo maravillosamente sobreactuado hasta el griterío (la sobreactuación es a veces imprescindible). Qué bien gritan Antonia Paso y Cristóbal Suárez. Y nada sería igual sin el magnífico envoltorio sonoro de Sandra Vicente, incluidos los truenos a lo Jovencito Frankenstein.
Como dijo el ruso (las familias felices son todas iguales, las infelices lo son cada una a su manera), pero al revés: lo dramático siempre se parece, el humor es multiforme.
Éste de Padilla tiene carácter, estilo propio. Metaboliza a Kierkegaard y a Pedro Salinas; a Spiderman y los gremlims; se apropia de La pata de mono, de Michael Bublé y de Lucho Gatica. Hace reír con ganas, pero no porque nadie resbale con una piel de plátano, sino por los continuos golpes de contraste extremo. Delicioso ver mezclados los parlamentos más sofisticados con las miserias de las relaciones humanas. “Pero… ¡si acaba de materializarse un ser maligno de ficción!”, se queja un personaje ante el triunfo de lo banal incluso frente a lo sobrenatural. Todo maravillosamente sobreactuado hasta el griterío (la sobreactuación es a veces imprescindible). Qué bien gritan Antonia Paso y Cristóbal Suárez. Y nada sería igual sin el magnífico envoltorio sonoro de Sandra Vicente, incluidos los truenos a lo Jovencito Frankenstein.
Los tenía más o menos radiografiados a todos menos a José Juan Rodríguez y a Antonia Paso (confieso que no la recuerdo mucho en Carlota). Ambos fueron agradables sorpresas, especialmente los hilarantes momentos de exasperación de Paso.
P.J.L. Domínguez
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Ánimo, comente. Soy buen encajador.