martes, 19 de noviembre de 2013

EUROZONE

Sala: Teatro Valle-Inclán Autor y director: Jesús Xron Intérpretes: Manuel Cortés, Miguel de Lira, Patricia de Lorenzo, Borja Fernández, Mónica García, Iván Marcos, Pepe Penabade y Arantza Villar  Duración: 1.20'
Información práctica (el enlace inactivo puede significar que la función ya no está en cartel)




Mis créditos (ésos de ahí arriba) suelen incluir las categorías de "autor" y "director". A veces no encajan con la realidad, claro, es lo que tienen las etiquetas. Así que bueno será advertir que el programa de mano dice "idea y creación: Chévere" y "dirección y dramaturgia: Xron". Chévere es la compañía. Pensé primero que "Xron" sería un seudónimo que engobaría a algunos de sus miembros, una especie de núcleo duro, porque no se me ocurre lengua en el planeta que utilice la grafía "xr". Y eso que tengo sangre gallega, qué vergüenza. Resulta que hay un señor que se llama Jesús Xron. Diré en mi descarga que no encuentro a nadie más que se apellide igual, así que la tesis del seudónimo sigue en pie. Bueno, no sólo pensé por eso que Xron sería un colectivo: tambien porque tanto la dramaturgia como la dirección cantan a voces a trabajo colectivo. Algo siempre muy complicado. Miren cómo terminaron las Spice Girls.

En fin, seamos serios. El resumen de la función sería éste: idea 9, realización 3. La idea lo tiene todo, es divertida, trágica, cómica y realista. Sí, realista. Se trata nada menos que de representar a los miembros del Eurogrupo como si fueran los gángsters de Reservoir dogs de Tarantino. Maravilloso. Por fin, en vez en hablar bruselense los oímos decirse lo que les gustaría decirse (y, seguramente, se dicen en la intimidad) y los vemos hacerse lo que les gustaría hacerse (esto de dispararse y tal, no creo que lo hagan ni en la intimidad).



¿Cómo está llevada a escena esta idea? Mal. Con mucho altibajo. Con algunos momentos brilantes, los que mas se acercan a lo gestual e incluso al teatro-danza, y con muchas de esas ideas que conviene desechar nada más intentadas. Por ejemplo: la escena del jack-pot en vídeo roza lo bochornoso. El resultado es una dramaturgia errática que se pierde en muchas de las curvas. Los golpes de ingenio salvan el asunto, y uno se aburre sólo a ratitos cortos, pero una buena poda dejaría la función infinitamente mejor. Salí con la sensación de que una performance de cincuenta minutos con la misma trama y el mismo elenco hubiera sido la bomba. Los actores, bien en general, pero creo que me enamoré de Patricia de Lorenzo, una de esas actrices que conectan con el público con pasmosa facilidad.

A Javier Vallejo le gustó bastante más que a mí. Aquí les dejo el enlace.

P.J.L. Domínguez
           

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