miércoles, 3 de abril de 2013

PECERAS

Sala: La Casa de la Portera Autor y director: Carlos Be Intérpretes: Fran Arráez, Carmen Mayordomo e Iván Ugalde. Duración: entre hora y hora y media, opinable.
La función ya no está en cartel 


Iván Ugalde, Carmen Mayordomo y Fran Arráez.

Otro grupo, The zombie company, que parece una secta. Se lo decía el otro día a propósito de la Sala Tribueñe y Donde mira el ruiseñor cuando cruje una rama, y algunos más hay en Madrid, como los reunidos en torno a Rodolfo Cortizo y La Puerta Estrecha. Explico el apelativo cariñoso de secta: se trata de colectivos empeñados en hacer lo que les gusta, como les gusta, sin la menor preocupación a priori por intereses comerciales o, si me apuran, de difusión. Esto que se llamaba antes trabajar por amor al arte. 

Los zombies llevan un trantrán que roza el delirio: estrenaron en 2012 nada menos que Exhumación, Muere Numancia muere y Peceras. La primera es un curioso juguete que mete en la misma caja a Shakespeare y a Tycho Brae (desde hace unos años, es espectacular el desarrollo de un subgénero shakesperiano con todo tipo de variaciones sobre su vida u obra). Si el autor tuviera algún interés en ello -no parece que tenga mucho, ya les he dicho que esta gente tiene otras motivaciones- no costaría mucho convertirla en una función comercial con suspense y drama humano (ese género que llamo comercial-con-plus, como Deseo). Muere Numancia muere me la perdí, ya lo saben, no llego a todo. Sigue el trantrán: acaban de estrenar ahora en La Casa de la Portera Elepé, también de Carlos Be. Intentaré no perdérmela para mantener informados a mis amables (¡y cada vez más numerosos, glups!) lectores.

Normalmente redacto estas cosas de un tirón, y cuanto antes. Ésta la escribo con casi una semana de retraso respecto al día que vi la función, porque no sé por dónde salir. Es condenadamente difícil decirles algo sin destriparla. Esto suele ser un obstáculo referido a la resolución (¿quién era el asesino?) o incluso a la trama, pero esta vez no debo revelar ni siquiera el tema (ni los retos de interpretación a los que se enfrentan los actores). Así que quizá les parezca que los comentarios son menos extensos que de costumbre. A mí me hicieron el favor de no contarme nada, y lo agradecí, porque gana uno un rato largo de completa perplejidad sobre lo que allí se cuece. Un rato largo difícil de medir. Si miran los datos de arriba del todo, verán que no puedo decirles ni cuánto dura el espectáculo, porque no se sabe muy bien en qué momento empieza. Y hasta aquí puedo leer. Si quieren un consejo, no miren otras críticas (por ejemplo la de Javier Villán), porque les espoileriza el asunto. Háganme caso y vayan vírgenes. 

Bueno, también se la perdieron en el Lara. No tienen ustedes remedio.

Peceras se llevó el premio del Indifestival este año en Santander (y Carmen Mayordomo el de interpretación). No faltan motivos. Sólo les digo que lo que cuenta es sobrecogedor y, además, verosímil. Es algo que se ha hecho siempre en círculos del alcantarillado social o de los áticos más encumbrados, pero que en un momento en el que estamos pasando de la economía de mercado a la sociedad de mercado (Ramoneda dixit) podría ofrecerse cualquier día en los centros comerciales para la clase media. Tiene una prolongada fase introductoria, en la que ni se olerán lo que está pasando, pero la intensidad dramática de lo que viene después justifica esa duración. Sin embargo, yo diría que una vez llegados al meollo habría materia para un desarrollo de mayor extensión. Eché en falta un poco más de regodeo en  la fantástica situación en la que... ¿cómo lo digo sin reventar? ...en la que ella asume intuitivamente el personaje que se le demanda, y sigue la corriente con destellos de creatividad. Una auténtica profesional. ¿Han entendido algo? Espero que no.


Muy bien dirigida: realismo desaforado con alguna ligera licencia bailona. Muy bien interpretada. Fran Arráez e Iván Ugalde (actor con una sorprendente facilidad para cambiar de aspecto) dan miedo. Mentes criminales nos tiene entrenados en las tipologías de psicópata dominante y psicópata sumiso, lo que son estos dos. Carmen Mayordomo es, siempre, la bomba. Aquí también. La he visto hacer comedia con el mismo rendimiento (Por lo menos no sufrió, un estupendo microteatro de Juan Morali) y levantar por sus narices alguna cosa de medio pelo que sólo brillaba cuando ella abría la boca. Le basta una mirada para fulminar al espectador.
P.J.L. Domínguez
           


1 comentario:

Carlos Be dijo...

Ésta es fácil de encajar, querido P.J.L. Domínguez: ¡Muchísimas gracias!

Publicar un comentario

Ánimo, comente. Soy buen encajador.