sábado, 9 de marzo de 2013

KOOZA

Sala: Carpas del Circo del Sol (Grand Chapiteau, Casa de Campo) Autores: Daniel Shiner y Serge Roy Directores: Pierre Parisien y Michael G. Smith  Duración: 2.30' (intermedio de 30 minutos)
Información práctica (el enlace inactivo puede significar que la obra ya no está en cartel)



Ésta fue mi crítica en la Guía del Ocio:

Zarkana ya era más circo y menos teatro que Corteo. Y Kooza sigue en la misma dirección: entre otras cosas, recupera la pista central bajo carpa. Sin que desaparezca la fortaleza de los elementos conductores del espectáculo que, por momentos, son lo más atractivo: el Inocente, el Trickster, los excelentes payasos. El formato de circo no excluye una vistosa escenografía de Stéphane Rog: la entrada de artistas está al pie de una torre móvil, arropada por un gigantesco telón superior y elementos laterales que abren y cierran la perspectiva.

    Gracias al Price hemos acumulado cultura circense suficiente para apreciar que los artistas de Kooza son, en general, de altísimo nivel. Los madrileños Quirós Domínguez, en las alturas del alambre, y la plancha basculante, en las alturas de los volatines, son los números que más bocas abiertas provocan entre el respetable. Yao Deng Bo se sostiene sobre una torre de sillas apiladas en posturas imposibles para un mortal, debe de ser un cyborg. Shavro y Tutyniva evolucionan sobre el monociclo como quien baila en un salón. Pero lo que más me sigue subyugando, además del espectacular vestuario de Marie-Chantal Vaillancourt, son las transiciones: los payasos, la fingida espectadora desequilibrada (y los espectadores reales llamados a colaborar, que en mi función tenían una sorprendente presencia escénica), las trampillas por las que puede aparecer (o desaparecer) cualquier cosa. Ahí brilla la precisión milimétrica del toque dramatúrgico.

P.J.L. Domínguez

           

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