Sala: Teatro Pavón Kamikaze Autor: Jordi Casanovas Director: Israel Elejalde Intérpretes: Gonzalo de Castro y Elisabet Gelabert Duración: 1.15'
Información práctica (el enlace no operativo puede significar que no está en cartel)
Ésta fue mi crítica en la Guía del Ocio:
Dicen que hay gente que se lee los contratos antes
de firmarlos, pero debe de tratarse de una leyenda urbana. Yo no conozco a
nadie. Eso es lo que le ocurre al protagonista de Idiota, que no se lo leyó: lo que parecía un camino de rosas
para salir de una situación económica
más que apurada, llevaba en realidad a un callejón sin salida digna.
Idiota parte con el listón muy alto.
Imposible verla sin recordar Hey boy heygirl o Un hombre con gafas de pasta,
escritas por Jordi Casanovas, o Sótano, dirigida
por Israel Elejalde, artefactos que encerraban una energía expansiva de gran potencia.
Idiota no alcanza la complejidad de
la primera o la capacidad de reflejar lo tenebroso de las otras dos, pero probablemente
tampoco lo pretendía al empaquetar su inquietante moraleja en un envoltorio de
comedia equidistante entre lo plausible, lo disparatado y una leve anticipación
futurista subrayada por la escenografía.
Elejalde la ha dirigido con talento
para el género, manteniendo un tono comedido y sin dejar que se le pasara de
vueltas. Ha contado con la gran capacidad de Gonzalo de Castro para provocar
empatía con cualquier personaje, por torpe que sea, y con el rostro impasible
de Elisabet Gelabert, imprescindible para sostener estas situaciones
inverosímiles. La función pasa ligera y amena.
Y alguna cosilla que no cabía allí:
Ahora que ya hace más de un mes que la vi y se me ha asentado, lo tengo más claro que cuando escribí lo anterior. El texto no está a la altura de lo que le he visto a Casanovas y tampoco a la de la elección anterior del director. ¿Cabría mejorar la puesta en escena? Me parece que difícilmente. Elejalde ha sacado un enorme rendimiento de una historieta poco más que simpática, y me quedo con ganas de verle más de éstas de dos intérpretes (dice en el programa que hay "algo esencial" en ellas, como también les he dicho yo a menudo). Las interpretaciones están en su sitio. El ritmo de la función, muy bien medido. La escenografía de Eduardo Moreno (encontrarán referencias a trabajos anteriores en mi crítica de Deseo), perfecta para esta ficción que se desarrolla en un lugar que no debe parecer ningún lugar. Yo diría que sólo desentona el vídeo. El espacio escénico está colgado en un limbo que podría tanto ser realista como no serlo, pero las escenas de vídeo están rodadas con una verosimilitud sin fisuras y pegada al terreno, más propia de una serie de polis en Antena 3.
Nota final: Elisabet Gelabert ha hecho cosas tan serias como Veraneantes con del Arco o Maridos y mujeres con Rigola. Pero quizá es el contraste entre este papel gélido y su participación en el simpático trío de pilinguis (en terminología de la época) en la Maribel y la extraña familia de Vera lo que más puede ilustrar su fantástica versatilidad.
Pues no, faltaba otra nota: creo que pocas veces he visto una política de comunicación más efectiva que la de Kamikaze.
Pues no, faltaba otra nota: creo que pocas veces he visto una política de comunicación más efectiva que la de Kamikaze.
P.J.L. Domínguez
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Ánimo, comente. Soy buen encajador.