jueves, 6 de febrero de 2014

ESCRIBA SU NOMBRE AQUÍ

Sala: Teatro del Barrio Autores: María Prado y Fernando de Retes Directores: María Prado y Fernando de Retes Intérpretes: Pablo Huetos, Rebeca Matellán, María Prado, Fernando de Retes y Fátima Sayyad Duración: 1.15'
Información práctica (el enlace inactivo puede significar que la función ya no está en cartel)


María Prado, Pablo Huetos, Rebeca Matellán, Fernando de Retes y Fátima Sayyad.
En esto de la crítica hay dos principios que a veces son difíciles de conciliar. El primero reza que cualquier espectáculo por el que se cobra entrada está sujeto a la crítica libre. El segundo, más bien una norma general de sentido común, que hay que tratar cada cosa como lo que es. O sea:  que no puede uno aplicar el mismo rasero a una superproducción del Teatro Real y a una función de guiñol para niños en un trastero. Como les digo, principios difíciles de conciliar, y cuestión más bien de matiz.

Viene el párrafo precedente a que Escriba su nombre aquí es el producto de unos jóvenes entusiastas que, como todos los jóvenes entusiastas desde que el mundo es mundo, buscan su lugar por donde pueden. En estas circunstancias es siempre desagradable tener que decir que han errado el tiro, pero alguien tiene que hacerlo, y a eso me dedico: intento fallido.

Escriba su nombre aquí es una colección deslavazada (en las dos acepciones del término: insulsa e inconexa) de pequeñas escenas banales y desprovistas de chispa. Es lo que tienen las dramaturgias de creación colectiva ("a partir de creación actoral" dice el programa de mano): el grupo es poseído por la Musa y, la mayor parte de las veces, termina, a base de retroalimentarse y autojalearse, en un planeta tan alejado de la realidad que los espectadores no sabemos después cuál es el camino para llegar a pillarle el punto al resultado. Le pasa lo mismo a gente de altísimo copete: recuerden Capitalismo. Hazles reír, el desastre mejor publicitado de la temporada. Aquí se salvan un par de cositas: la pareja inscribiendo a la recién nacida en el registro y el monólogo poético de Rebeca Matellán, que  no viene a nada pero que tiene su aquel.

Está bien dirigida en lo micro -cada escena se desenvuelve bien- y mal en lo macro -el espectáculo en conjunto no se sostiene-. No hay mucho margen para juzgar la interpretación, pero se aprecian destellos por aquí y por allá. Es perfectamente posible que sean buenos actores, creo que sólo conocía a Matellán que es, efectivamente, una excelente actriz. En fin, son jóvenes, pueden permitirse seguir intentándolo.
P.J.L. Domínguez
           

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