miércoles, 17 de abril de 2013

LA COPLA NEGRA

Sala: Teatro Valle-Inclán Autor y director: Antonio Álamo Intérpretes: Alejandra López, Ana López Segovia y Teresa Quintero (Chirigóticas) Duración: 1.35'
Información práctica (el enlace inactivo puede significar que la función ya no está en cartel)

Alejandra López, Teresa Quintero y Ana López Segovia.


Vi a las Chirigóticas, en un espectáculo que se llamaba así, Chirigóticas, en el Alfil, creo que allá por 2009. No publiqué  crítica, porque hubiera sido una carnicería injustificada. No era un espectáculo que se sostuviera en un teatro, sino una sucesión de gags que quizá habrían resultado redondos en otro entorno, por ejemplo en un bar con espectáculo. La copla negra es un considerable avance en ese sentido.



El problema entonces no eran las actrices, desde luego. Estas tres mujeres son mucha actriz. Puesto a elegir, porque las tres hacen más de un papel, me quedo con Alejandra López como José Luis, Ana López como Gallego y Teresa Quintero como Mari Carmen. Respecto al cambio de género, actrices haciendo de hombre en este caso, ya dije algunas cosillas en la crítica de Las huérfanas. Aquí también se produce ese curioso adensamiento de los significados cuando oímos hablar a una mujer como un macho de toda la vida. José Luis ("el" José Luis, habría que decir) tiene mucho papel: de los tres hombres de la función es el retratado más a fondo. Retrato de un canalla rematado pero simpático, seguro que los han conocido. Alejandra López lo clava, casi diría que, sobre todo, cuando calla y mira para donde puede en las situaciones de difícil salida. Ya sabemos que estos mierdas son, sobre todo, cobardes. El Gallego tiene intervenciones más breves, pero le dan tiempo a Ana López Segovia para impresionar con la composición masculina. También muy real -fondo de amargura, reacciones violentas o de derrota- como la Chana.


Y Teresa Quintero. La bomba. Una de esas actrices a las que les basta estar escuchando con la cabeza gacha y el flequillo tapando un ojo para que entendamos todo lo que les pasa por dentro. No les voy a contar lo que ocurre cuando se mueve un poco o abre la boca. Salta aquí de la comedia al sainete como quien se cambia de calcetines. Una pena que Mari Carmen no tenga más texto. La veo haciendo cualquier cosa, habría que ver cómo rinde esta mujer en otros géneros. 




A la función algo le pasa. A pesar de estas tres excelentes actrices, la cosa no fluye como debiera. El texto de Álamo (recuerdo que me gustó mucho Yo, Satán) está bien, la trama va ganando interés... pero hay que esperar casi una hora para que cuaje. Eso no sucede hasta que el drama se va concretando. No sé decir exactamente qué es lo que no va, parece un ejemplo del clásico conjunto fallido a base de elementos (texto, interpretación, escenografía, música) correctos. Ciertamente, la combinación de sainete y drama es arriesgada, es posible que no estén bien dosificados al principio, pero no me atrevo a asegurarlo; tendría que verla otra vez. La sensación final es más bien de que ni fu ni fa, pero hay un puñado de escenas (el chivatazo de Olvido a Mari Carmen; las consiguientes explicaciones del interesado; la ruptura con la Chana) que dejan excelente recuerdo.
P.J.L. Domínguez


           







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