sábado, 12 de octubre de 2013

EL CRÉDITO

Sala: Teatro Maravillas Autor: Jordi Galcerán Director: Gerardo Vera Intérpretes: Carlos Hipólito y Luis Merlo Duración: 1.10' 
Información práctica (el enlace inactivo puede significar que la función ya no está en cartel)




Si quieren ver fotos que dan más idea del aspecto de la función, las tienen aquí.

Ésta fue mi crítica en la Guía del Ocio:

Las comedias de Galcerán se suceden, como en los tiempos en los que el teatro lo era todo, en estrecha sintonía con la actualidad. El método Gronholm llegó cuando no sólo teníamos trabajo, sino hasta entrevistas para conseguir otro mejor. Burundanga, en el último minuto del terrorismo. Fuga, aunque escrita bastante antes, se estrenó en castellano cuando comenzábamos a ver en el horizonte la ola de corrupción que hoy nos ahoga. Pocos títulos podrían encontrarse más al día que éste de ahora, pero no hay que engañarse: la dichosa escasez, eso que los tertulianos llaman “el grifo” del crédito, no es más que el paisaje de la comedia.

  Galcerán aplica esta vez a la pieza para dos actores –el formato rey de la comedia de ingenio- la técnica de llevar al espectador de sorpresa en sorpresa. El resultado no es una cumbre del género, pero entretiene, con un aire en su argumento que recuerda, ya lo ha señalado alguien, a Black Mirror.


    Vera –que tiene una maravillosa Maribel y la extraña familia también en cartel- ha acertado en tono y ritmo y deja explayarse a su aire a Luis Merlo y Carlos Hipólito. Ambos sostienen el pulso sin interrupción de principio a fin, con algún momento memorable, como el que yo llamaría El Hipólito desencadenado. A juzgar por el entusiasmo del público, tenemos función para rato.

Y lo que no cabía allí:

Digo en la crítica que Vera ha dejado bastante a su aire a los actores, y eso es siempre aventurarse mucho si uno no ha visto los ensayos, pero es la sensación que me da. Hay cosas que hay que amarrar más, que son más estilizadas (y la Maribel del mismo Vera es muy buen ejemplo de eso), y otras que ganan dejando al intérprete que sea él mismo. Hay que ser un buen director para decidir cuándo meterse por un camino o por el otro. 

Merlo venía de bordar su papel en Deseo de Miguel del Arco (una función que creo que ha tenido menos éxito del que merecía), un papel abiertamente dramático, en atrevido contraste con el que el gran publico le conoce en la tele. Hipólito es, sin medias tintas, uno de nuestros más grandes actores. Así que merecía la pena ponerlos a echar un pulso dirigiéndolos con suavidad. Ha salido bien la cosa.

El aire de familia del argumento con Black Mirror lo señalaba Begoña Barrena, y yo tuve la misma impresión. Creo que podría contarles perfectamente la premisa de la función sin destriparla (porque aparece muy al principio), pero me dice JM que ni se me ocurra, así que me limitaré a revelar que Merlo amenaza con algo más bien grotesco a Hipólito si éste no le concede el crédito. Ése es el arranque...
P.J.L. Domínguez
           


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