Sala: Matadero (Naves del Español) Autor: Nikolai Gogol (versión de L. Luque y J .L. García-Pérez) Director: Luis Luque Intérprete: José Luis García-Pérez Duración: 1.15'
Información práctica (el enlace inactivo puede significar que la función ya no está en cartel)
Tendrán aquí el enlace a mi crítica de la Guía del Ocio el viernes 8 de noviembre (sí, paciencia). Como no quiero hacerles esperar tanto, les adelanto que no deberían perderse el Diario de un loco. A Luque le había visto La escuela de la desobediencia (me perdí Ahora empiezan las vacaciones), tierna, provocadora, deliciosa; y a García-Pérez los Viejos tiempos dirigidos por Moya, en los que estaba simplemente formidable. Esto que han urdido ahora juntos es un rato de gran teatro.
Ésta fue mi crítica en la Guía del Ocio:
Convertir
un cuento en un monólogo es complicado. No es frecuente que salga bien. Aquí,
Luque ha conseguido que todo empuje en la dirección correcta: escenografía,
música, iluminación y vestuario se han combinado en un conjunto coherente que refuerza
la expresión del actor. Y José Luis García-Pérez está espléndido. Quizá abuse
al comienzo un pelín de una cierta ronquera, pero luego se le olvida y se va
creciendo. A partir de la primera media hora, el público deja de respirar. Muy
recomendable.
Sorprendente
modernidad de Gogol. Algunas de sus obras, como ésta, producen tal efecto de
vanguardia en germen que, en cuanto uno recuerda su ubicación cronológica
(1809-1852) se pregunta si no se tratará de un espejismo producido precisamente
por lo contrario: por un eventual regusto arcaico. En este relato es la voz de
un enfermo mental la que habla, algo de lo que ignoro si hay precedentes. La
descripción de la vida anodina de un humilde funcionario es, al comienzo,
familiar para cualquiera que haya pasado por la novela rusa. Pero el parecido
termina pronto. Gogol narra con maestría –y la versión escénica de Luque y
García-Pérez reproduce exquisitamente- el progresivo deterioro mental de este
pobre hombre: de los pequeños complejos a la fabulación, de la manía a la
psicosis desatada.
Y algo que no cabía allí.
Dos cosillas, que poco afectan a la valoración general de la función, pero que creo que es bueno que alguien diga. Y otra más.
Una: Hay un par de patadas a la gramática, que no sé si se deben a la versión o a la interpretación. "Preveyendo" por una parte; y "alrededor mía" y "delante mía" por otra. No cuesta nada arreglarlo, y todo lo demás está demasiado bien para dejar estos flecos.
Dos: García-Pérez se tropieza un poco con los sonidos /k/, /s/ y /z/ amontonados. No recuerdo las palabras exactas, pero son las del tipo "excelencia", "acceso" o "asceta". No deja de ser un estupendo actor por este detalle, pero seguro que se lo quitaría con facilidad.
Tres: Hay un precioso elemento de vestuario. Una capa que no les voy a explicar de dónde sale ni cuándo aparece, porque les destripo el efecto dramático. Un hallazgo de Paco Delgado
P.J.L. Domínguez
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