miércoles, 4 de enero de 2017

TIEMPO

Sala: Teatro Alcázar Autor: Quim Masferrer Director: Ramón Fontserè Intérprete: Jorge Sanz Duración: 1.25'
Información práctica (el enlace inactivo puede significar que la función ya no esté en cartel)



Si tiene usted una configuración mental más o menos normal (supongamos que tal cosa exista) y va al teatro a lo que todo el mundo (a distraerse, a emocionarse, a reír, a admirarse, a pensar... ya saben, todos esos lugares comunes) NI SE LE OCURRA sacar entrada para esto, porque puede terminar en el telediario. Lo digo por si le da por quemar las butacas o agredir a alguien, cosas que desaconsejo vivamente.

Sin embargo, me he dado cuenta de que ésta es una función muy aconsejable para determinado tipo de neuróticos: para los obsesos de las clasificaciones. No hay cosa que más me haga sufrir que tener que poner estrellitas y -no digamos- esa selección de fin de año que publico en la Guía del Ocio y que me obliga a elegir cinco (¡cinco!) espectáculos de los vistos en doce meses. Hay en en twitter quien elige cuarenta. Hombre, así cualquiera.



Volviendo al hilo. Sea por motivos profesionales (eso de tener que poner estrellitas todas las semanas) o por pura afición, hay quien se pasa la vida comparando esto con aquello. Cosa dificilísima, porque los "estos" suelen ser de especie distinta a los "aquellos". ¿Es mejor este camaleón o aquella medusa? Y no hay patrón, como el metro ese de platino e iridio conservado en París (llevo una vida pensando en ir a verlo y me entero ahora de que está depositado en un cofre en los sótanos de la Oficina Internacional de Pesos y Medidas). Pues bien, Tiempo podría convertirse en el cero absoluto del valor teatral, y debería ser conservado en la Oficina Internacional de Teatro y Estrellitas, a poder ser en un cofre. Yo tengo dos funciones que considero mis ceros Kelvin (también una peli, Semen), pero que no puedo recomendarles, porque nadie se molestó en encofrar (en meter en un cofre, quiero decir). Pero ésta está vivita y coleando hasta el 2 de febrero, a no ser que a alguien le dé antes por quemar el teatro. 

"No ha dicho nada", estará pensando alguno. Es que no hay nada que decir. Me resulta incomprensible que un actor como Jorge Sanz, que siempre me ha gustado, un director como Ramón Fontserè, que algo de teatro ha hecho (es una ironía, porsiaca), y un autor como Quim Masferrer, que tampoco es un recién llegado, hayan llegado a estrenar un bodrio de tal calibre. A los diez minutos estaba yo pensando "qué arriesgado mantener este tono aburrevacas durante tanto rato, debe de estar por llegar un vuelco espectacular". Nada. De nada.
P.J.L. Domínguez
          

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