Sala: Teatro María Guerrero Autor y director: José Padilla Intérpretes: Pablo Béjar, Inma Cuevas, Gustavo Galindo, Nerea Moreno y Ana Vayón Duración: 1.10'
Información práctica (el enlace no operativo puede significar que la función ya no esté en cartel)
Estaba recibiendo -por ósmosis, como dice mi hermana- buenas referencias de Haz clic aquí por todas partes. Allá que me voy. Cierto grado de decepción. El texto es relativamente interesante. Dirección discreta y correcta. Lo mejor, los intérpretes.
La obra ilustra los desmanes que, incluso con la mejor voluntad, pueden resultar del uso irreflexivo de las redes. De manera, a mi juicio, un poco excesivamente didáctica, un poco obvia. Puesto a darle otra vuelta, diría más: paradójicamente, contribuye a poner otra vez en el candelero el hecho real cuya explosión vía redes analiza. Para no eternizarme, aquí les dejo el enlace al lugar donde el propio autor declara esa conexión. Algo quizá cuestionable, sobre todo si...
La obra ilustra los desmanes que, incluso con la mejor voluntad, pueden resultar del uso irreflexivo de las redes. De manera, a mi juicio, un poco excesivamente didáctica, un poco obvia. Puesto a darle otra vuelta, diría más: paradójicamente, contribuye a poner otra vez en el candelero el hecho real cuya explosión vía redes analiza. Para no eternizarme, aquí les dejo el enlace al lugar donde el propio autor declara esa conexión. Algo quizá cuestionable, sobre todo si...
ATENCIÓN: SPOILER (o destripe, como recomienda la RAE). SI NO QUIERE CONOCER UN DATO CLAVE DEL FINAL DE LA FUNCIÓN, SALTE LOS DOS PÁRRAFOS QUE VIENEN A CONTINUACIÓN
...sobre todo si el final viene a subrayar de forma rotunda la culpabilidad de la menor. Después de setenta minutos de sustentar la pieza en la duda -¿machacó o no machacó la cabeza del muchacho indefenso con el tacón de sus zapatos nuevos?- la última escena nos la muestra pegando con saña. Parece la confesión de que no se ha encontrado mejor remate. Me explico: es el autor -les he dejado el enlace más arriba- el que insiste en que "la verdad nunca se plantea por un solo envés". Explica con detenimiento su pretensión de plantear, sobre todo, preguntas. Y luego va, y responde rotundo al retratar a esta alimaña en plena tentativa de asesinato, como si fuera uno de los gorilas de 2001 Odisea en el espacio con zapato en vez de hueso.
¿Cómo resistirme a la foto? |
El ineludible efecto (sé que no es el mismo, pero es el efecto) es el de hacernos pensar que el autor toma partido decididamente por el abogado contra la madre, por las redes contra la justicia formal, por la vigilancia ciudadana contra la privacidad. Y, por último, si el recorrido judicial de este asunto no estableció la culpabilidad de la chica (no lo encuentro por ninguna parte), ¿se puede anunciar a los cuatro vientos que la pieza es trasunto del hecho real, y retratarla después en pleno acto delictivo? ¿No le pueden arrear a uno un demandazo? En definitiva: tengo que terminar haciéndome, a propósito de la obra, las mismas preguntas que su autor se hacía respecto a los que airearon el asunto. Paradójico.
FIN DEL SPOILER
Ana Vayón |
Vayamos con lo mejor, que es la interpretación. Mis lectores habituales estarán esperando que dispare los fuegos artificiales para celebrar la actuación de Inma Cuevas. Pues no. Está muy bien, desde luego, alguien de su capacidad tiene que estar intoxicado con gases venenosos para no rendir, pero no llega a su propia altura. Siempre la he visto mejor que aquí, no le han sacado el partido que puede dar. Bien Ana Vayón, tienen un videobook interesante en este enlace. Bien también Gustavo Galindo, a pesar de esta trampa mortal de ponerle un doblete en el que el segundo personaje es árabe, acento incluido. ¿Era necesario que lo fuera? ¿No despista un poco? No sé -y quiero decir exactamente "no sé"- si el affaire de la madre de la chica con este árabe en Ibiza (y, sobre todo, su conclusión) pintaban mucho en la historia o, precisamente, despistan. Otra cosa es que veamos la vida en común del abogado y la periodista, con ambos metidos en el lío desde posiciones distintas. ¿Fue así en realidad? Es lo que tiene ficcionar tan pegado a la realidad, que todos terminamos preguntándonos estas cosas.
Pablo Béjar y Gustavo Galindo. |
Pablo Béjar, un descubrimiento. Les dejo también un videobook en este enlace, para que lo vayan conociendo si les apetece. Un aplomo notable para un actor tan joven. Se preguntarán, ¿por qué no dice lo mismo de Vayón? Pues porque me parece a mí que las actrices maduran antes, así que es más raro ver a un chico actuando con ese peso. Tiene que representar a un muchacho más joven que él, ligeramente amacarrado. Lo más fácil era hacer una caricatura que evita cuidadosamente.
Nerea Moreno, una confirmación. Me encanta. Aquí arriba la tienen en aquella fantástica Avaricia, lujuria y muerte donde intervenía en La rosa de papel dirigida por Salva Bolta. ¿Aplomo decía? Esto es aplomo. Ya que está aquí de madre, no me importaría nada verla de Violet en De repente el último verano, o en algo por el estilo. Algo con muchas narices, donde haya que pisar fuerte. Literalmente, quiero decir: dar pisadas sonoras, vaya. El día en el que le dejen soltar el carácter me parece que nos va a asustar, en el mejor sentido del verbo. Y no sólo: en la mejor escena de la función (la de la foto de arriba del todo) representa a una chica jovencita, ordinaria y un poco bebida, ahí es nada. Se lleva la escena de calle y provoca las carcajadas del respetable. Va a resultar que tiene hasta vis cómica.
P.J.L. Domínguez
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