Sala: Teatro Lara Autora: Lorena Romanín Directora: Adriana Roffi Intérpretes: María Morales, Marina Salas y Carlos Guerrero Duración: 1.05'
Información práctica (el enlace no operativo puede significar que la función ya no esté en cartel)
Está baja de definición, pero es lo único que encuentro que da idea de la escenografía. |
Ésta fue mi crítica en la Guía del Ocio:
Les prometí hace como un mes que completaría lo anterior. No pierdan la esperanza.
Autora (Romanín) y directora (Roffi) argentinas: nacen
con el gen del teatro. Más concretamente, del teatro del realismo cotidiano. La
madre de un discapacitado síquico debe alojar a su sobrina para alejarla de los
peligros de la capital, donde parecía descarriarse. Su llegada alterará las
añejas reglas de convivencia. Esquema idéntico al de Luciérnagas, de la también argentina Carolina Román. Los
desarrollos difieren después, pero la coincidencia es asombrosa. Interesantísimo
verlas ambas.
Coincidencia también en la modestia del enfoque, tanto del texto como de
la puesta en escena. Días corrientes: van a trabajar o a la escuela, comen,
duermen, hablan por teléfono con los personajes ausentes, el tipo que abandonó
ese hogar y la madre que ha urdido el exilio. No ocurre casi nada. Pero el
interés se concentra, claro está, en el casi. O sea: en cómo los personajes se
quieren, se hieren; chocan y se reconcilian; y en cómo el proceso –al que
solemos llamar amor- los cambia. No mucho, nada pirotécnico, pero más que
suficiente para reconocernos en ese recorrido –al que solemos llamar vida-.
El
montaje está lleno de aciertos de dirección, el mayor de los cuales es el
exquisito equilibrio interpretativo de los tres actores. Morales, estupenda.
Salas, que simultanea esto con el extenuante papel en el Fausto de Pandur, estupenda. Guerrero, estupendo. Qué buen rato de
teatro.
Les prometí hace como un mes que completaría lo anterior. No pierdan la esperanza.
P.J.L. Domínguez
1 comentario:
Oye, llevas ya dos semanas sin entrar por aquí para hacer tu trabajo, ¿ahora eres funcionario o qué?
Con cariño:
lector anónimo :)
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Ánimo, comente. Soy buen encajador.