miércoles, 9 de julio de 2014

NO SE PUEDE MIRAR

Sala: Off de La Latina Autor y director: Jesús Amate Intérpretes: Jesús Amate, Alfonso Gómez, Diego Lescano y Marika Pérez.  Duración: 1.20' 
Información práctica (el enlace inactivo puede significar que la función ya no está en cartel)

Alfonso Gómez, Juan Carlos Alonso, Marika Pérez y Diego Lescano. No es un error
respecto a la ficha. En mi función no estaba Alonso y fue sustituido por Amate.
Creían que había terminado el martirio por esta temporada, ¿a que sí? Pues no. Es que me olvidé el cargador del portátil a varios miles de kilómetros de Madrid y no soy tan moderno como para escribir en el iPad. Como diría mi admirada Sori, soy bastante moderno, pero no TAN moderno. Además, que no quiero engañarles, llegado julio estoy ya que se me salen los flecos neuronales por las orejas, y cualquier cosa que tenga que hacer -desde comprar tomates a usar el Word- me cuesta al menos dos intentos. Así que agradecí la falta del cargador.

En cualquier caso, les quedan dos entradas para rematar esta temporada: No se puede mirar y Tape. Además de una novedad: los premios 2013-2014 Cercadelacerca y Lejosdelacerca, que celebran su primera edición y que otorgaré, espero, antes de que termine el mes.

Pero vamos ya con la (breve) crítica. No se puede mirar se llevó un premio en el Talent Madrid de este año, y tiene colgado un vídeo que me produjo cierta curiosidad (ojo, en ese vídeo no está Lescano, del que hablaré más abajo). Así que voy, cojo la cesta y me marcho (al Off de La Latina). Se trata de cuatro textos independientes: un monólogo, dos en pareja y el último con los tres varones. Los tres primeros no son para echar cohetes, situaciones convencionalmente absurdas -valga el aparente oxímoron- resueltas más o menos correctamente. Sin embargo, el último tiene bastante, pero que bastante guasa. Con razón el vídeo de promoción muestra precisamente ése. El absurdo cobra vuelo, los personajes intercambian frases como ágiles saetas que dan, ahora sí, certeramente en el blanco. El blanco no es otro que entretener, claro, ese antónimo de aburrir que es la clave de cualquier bóveda teatral. Además, las habilidades de dirección se han concentrado también aquí. Lo que en los primeros fragmentos es una monótona estepa sin la menor colina, perfil plano, bostezo, da paso al chisporroteo de todo tipo de piruetas para exprimir el texto: desde los registros estereotipados y contrastantes de los intérpretes-marioneta hasta los recursos gestuales (como los tres moviéndose sincronizádamente en paseos robotizados) que, por fin, aportan un poco de pimienta al guiso. Todos saldríamos ganando si el espectáculo se redujera a estos veinte minutos.


¿No parece un galán de 1940?
Fíjense en el mentón.
En mi función no estaba Alonso, sustituido por Jesús Amate. No más que correcto. Ella, muy justa. Respecto a Alfonso Gómez, me parece que me tengo que reservar el juicio, porque le tocan dos papeles que no me permiten formármelo. Casi simple comparsa en Homologada, robot inexpresivo en Limbo. Es imposible no mencionar su físico, porque, aparte de ser guapo -que hay muchos- tiene una característica poco frecuente: una cara que se ajusta increíblemente a la expresión "como de actor antiguo". Parece salido de una película de los años cuarenta, ¿cómo es que no trabaja en Amar en tiempos revueltos (o como se titule ahora) o en Galerías Velvet? Se ahorrarían la caracterización.



Párrafo aparte para Diego Lescano, el de la foto de la derecha. A éste le da igual el texto, la dirección o el lucero del alba. Me parece que si lo pusieran a declamar el Almanaque Zaragozano en cualquier rotonda de Alcorcón, pongamos por caso, lo sacaría adelante. Es argentino, claro, ya saben que lo primero que dicen en la cuna no es "mamá" sino "ser o no ser". ¿Es posible que este tipo salga de la nada? Encuentro un curriculum que no dice ni Pamplona sobre su eventual actividad precedente como actor. Que no lo deje.
P.J.L. Domínguez

           

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