Información práctica (el enlace inactivo puede significar que la función ya no está en cartel)
Ésta fue mi crítica en la Guía del Ocio:
Hugo Pérez es
un maestro de la atmósfera y la recreación histórica. Secundado en la Sala
Tribueñe por un extraordinario grupo de artistas, salta por segunda vez a
espacios más convencionales de la capital. La primera fue con Donde mira el ruiseñor cuando cruje una rama, uno de los más rotundos éxitos de la temporada pasada y, desde luego, el más sorprendente.
También Por los ojos de Raquel Meller nació en la Tribueñe, en un montaje que ha estado años en escena y que cautivó a la crítica sin excepciones. Algo pierde en el trasvase a sala grande: sobre todo, la magia de los reducidos telones, las transparencias y las proyecciones. Pero lo que queda está muy bien sostenido por los puntos fuertes habituales de la casa: excelentes iluminación (Llorens) y vestuario (Pérez), excelente tratamiento de la música (Studgonov), perfecta coherencia interpretativa de la compañía. Destacan el encuentro con Pastora Imperio, la larga escena de Flor de Te –Sarah Bernhardt incluida- y la exquisita parodia de cine mudo. El alarde de recreación va desde el modo de impostación de la voz hasta el guiño en los créditos del programa de mano
Como
observa el autor en el programa, el contraste entre el éxito universal de
Raquel Meller y su desaparición de nuestro imaginario actual resulta
estrepitoso. Cuando el mundo comenzaba a inventarse un star-system, allí estaba la muchacha de Tarazona.
También Por los ojos de Raquel Meller nació en la Tribueñe, en un montaje que ha estado años en escena y que cautivó a la crítica sin excepciones. Algo pierde en el trasvase a sala grande: sobre todo, la magia de los reducidos telones, las transparencias y las proyecciones. Pero lo que queda está muy bien sostenido por los puntos fuertes habituales de la casa: excelentes iluminación (Llorens) y vestuario (Pérez), excelente tratamiento de la música (Studgonov), perfecta coherencia interpretativa de la compañía. Destacan el encuentro con Pastora Imperio, la larga escena de Flor de Te –Sarah Bernhardt incluida- y la exquisita parodia de cine mudo. El alarde de recreación va desde el modo de impostación de la voz hasta el guiño en los créditos del programa de mano
Y añado ahora (cuatro meses más tarde): devuelvan al Conservatorio de Tarazona el nombre de Raquel Meller con el que se inauguró.
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