Sala: Teatro Fernán-Gómez Autor: Antón Chéjov (versión de Oriol Tarrasón) Director: Oriol Tarrasón Intérpretes: Alejandro Cano, José Gómez-Friha, Teresa Hurtado de Ory, Alicia Rubio y Oriol Tarrasón Duración: 1.35'
Información práctica (el enlace inactivo puede significar que la función ya no está en cartel)
Ni son ellos ni están en el Fernán-Gómez, pero se hacen idea del aspecto. Creo que es el elenco que la hizo en catalán. |
Empezaré por las preguntas:
2.- ¿Ha dirigido esto el mismo Tarrasón que dirigió Stockmann? Sí, era sólo una pregunta retórica. Se la hice con una ligera variación a alguien que ve mucho teatro y, sobre todo, oye muchos comentarios. "¿Esto han hecho los mismos de Stockmann?". Respuesta: "Lo mismo pregunta todo el mundo". La ligera variación está en el plural. La compañía lleva el mismo nombre (Les Antonietes), pero no hay ni un solo intérprete repetido, sólo queda el director. Ahora mi sexto sentido de crítico venenoso me pone en la punta de la tecla la frase redonda: en realidad, no hay ni un solo intérprete. Pero, por redonda que venga la frase, me debo a la verdad: hay dos. El propio Tarrasón y Teresa Hurtado de Ory. En algún momento, a ambos se les nota la familiaridad con el arte de la interpretación. Si me estiro mucho, incluso Alejandro Cano coloca en su sitio alguna frase (más bien al comienzo, el personaje no es que no crezca, es que se va diluyendo hasta quedar en nada).
* * *
Vania es un absoluto desastre. No sé cómo habrá funcionado en catalán, los intérpretes son distintos, y el teatro es una cosa rara: a veces basta cambiar un cojín de sitio para que el salón parezca otro. Esto que se está viendo en el Fernán-Gómez parece teatro amateur. Podría decir "estoy convencido de que Tarrasón podría hacerlo mejor", pero estoy en condiciones de decir "sé que Tarrasón puede hacerlo mejor". Si vieron Stockmann, también lo saben.
¿Son odiosas las comparaciones? No me atrevería a opinar, llevo toda la vida dando vueltas a la cuestión y aún no me he decidido. Lo que sé es que la única forma que tenemos de conocer es comparar. Sabemos que un bocata de calamares es estupendo porque alguna vez nos tocó otro pésimo. Veronese tiene en el Valle-Inclán un Tío Vania que cabe en setenta minutos y nueve metros cuadrados. Ya es mala suerte (coincidir, digo). Si les apetece ponerse odiosos, vayan y comparen. Mi crítica sale el viernes.
P.J.L. Domínguez
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