miércoles, 5 de marzo de 2014

EL ARTE DE LA ENTREVISTA

Sala: Teatro María Guerrero Autor: Juan Mayorga Director: Juan José Afonso Intérpretes: Ramón Esquinas, Alicia Hermida, Luisa Martín y Elena Rivera. Duración: 1.35'
Información práctica (el enlace inactivo puede significar que la función ya no está en cartel)


Martín, Hermida, Esquinas y Rivera.
Ésta fue mi crítica en la Guía del Ocio:

    Si recuerdo bien, las últimas tramas familiares que le he visto a Mayorga han sido Penumbra (firmada con Cavestany), El chico de la última fila y El  arte de la entrevista. En ese orden, que no es el cronológico de su creación, van hacia atmósferas más convencionales, tanto de asunto como de escritura. Ésta es una hermosa pieza de corte clásico: el espectador no tiene que hacer el menor esfuerzo para acceder a la comprensión, ni de un lenguaje desprovisto de concesiones poéticas ni de una trama servida en contenedor realista. Funciona todo lo que tiene que funcionar en un texto de este tipo: la dosificación de la información, las entradas y salidas de los personajes, sus retratos y, quizá por encima de todo, la comprensión de sus motivaciones.


    Es también, con diferencia, lo mejor que le he visto a Afonso. Aunque la dirección afloja bastante en la sección central, que debe contrastar pero no debería perder tanta tensión, el flujo se recupera en la escena crucial de las explicaciones entre madre e hija. Con el extraordinario concurso, claro está, de las actrices. Alicia Hermida, que envuelve con su físico frágil una voluntad de acero, atrae la atención como un imán cada vez que pone pie en el escenario. Luisa Martín, que hace creíble todo lo que toca, hace creíble también la vuelta de tuerca que nadie espera, y que satisface ese deseo íntimo de todo espectador de que le revelen algo bien gordo.

Y lo que no cabía allí:

Decía en la crítica que es una hermosa obra de corte clásico. MUY clásico, con una clara estructura en tres actos. Mayorga había ensayado una escritura convencional también en Si supiera cantar me salvaría (el crítico), pero fue un experimento fallido, a mi modesto entender. Un planteamiento completamente clásico: dos personajes a solas que van a dirimir un antiguo conflicto. No avanzaba. Aquí el planteamiento es igual de clásico -familia feliz en la que se esconde un secreto-, y no lo es menos su desarrollo, pero todo está infinitamente mejor. Desde la credibilidad de los personajes hasta el avance de la historia, que tiene mucho espacio hacia donde avanzar. 

ATENCIÓN, SPOILER (salte al siguiente párrafo si no quiere enterarse): Alguien ha señalado como incoherencia que el personaje de Luisa Martín es quien pone en marcha, con su insistencia en que la nieta entreviste a la abuela, el mecanismo que terminará revelando lo que ella no quiere que se sepa. Me parece que no hay objeción. Primero: ¿Estamos seguros de que no quiere que se sepa? ¿Sólo porque se lo oímos decir? Quizá esté deseando que todo reviente. Segundo: También puede estar deseando que todo reviente, pero de manera inconsciente. ATENCIÓN, MADRE DE TODOS LOS SPOILERS: Al fin y al cabo, la pieza termina con el triunfo de su venganza, que no parece improvisada, sino concebida -y argumentada- con sosegada saña.





Ya he dicho en la Guía que Hermida y Martín están fantásticas. También me gustó Elena Rivera, aunque me pareció poco aprovechada. Esquinas está más impostado, un poco fuera del tono general.


P.J.L. Domínguez
           

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